17 de diciembre de 2012

El Tradi, de moda

Debido a las amables quejas que me han hecho algunas personas sobre lo escuetas y muy esporádicas que resultan mis entradas, y por lo desactualizado que aparentemente resultan, contesto: lamento tener por estos días muy poco tiempo para hacer un análisis completo e interesante de los temas que [me] interesan. Además he de sumar que cuanto uno más profundiza y se forma, más responsabilidad se tiene sobre la información que uno brinda y sobre el análisis y la opinión personal que el blogger expone. Hay cerca de diez o quince borradores que tengo archivados que por diferentes razones aún no termino de darles forma. Y allí quedarán hasta que tome cartas en el asunto. Hasta entonces, paciencia.


Ahora, yendo a lo que generalmente nos incumbe:
Habrán leído la nota del semanario británico "The Economist" (el enlace es de una traducción del inglés provista por Catholicvs, no es de la nota original).

Me parece un artículo genial. No por quien lo escribió -que no es ningún docto en el tema- ni por su contenido, que va orientado hacia un objetivo que no nos interesa. Lo que es genial es que un medio de prensa que ha sido calificado en los sitios amigos como liberal-laicista haya dado un espacio (es decir, haya gastado/invertido tiempo y dinero) al catolicismo tradi, y más que nada que haya demostrado sin vueltas ni eufemismos que el tradicionalismo va en alza.
El autor del texto -quien no lo firma- aparentemente pretende crear una cierta clase de advertencia o prevención a su público de "lo que se viene". Sin embargo en ningún momento puntual hace una crítica ácida al tradicionalismo. Más bien podemos encontrar críticas a la institución misma de la Iglesia -que en definitiva es lo que le encanta hacer a esta gente. El tradi aparece como lo que es: el oprimido. Pero no, no hablaré hoy de lucha de clases...

Pero contrario a muchos de los que han realizado críticas al artículo, no creo haber encontrado a un periodista (o lo que sea) "contrariado" con el fenómeno que describe. Más bien parece causarle gracia que la Iglesia se regenere por dentro. Cuando a la sociedad mundana le encantó que la Iglesia se "aggiornara", que le entrara aire fresco por los pliegues de la sotana, creyó que "todo lo anterior" había sido solamente un pésimo manejo de las políticas de la Iglesia que había intentado detener (y con presunto éxito) a la institución de "avanzar". Esa apertura constituía la refutación de tal teoría y vino bien para el católico tibio (que ahora no tenía que defender a la Edad Media, sino pedir perdón por ella) y para el ateo ("todo tiende al progreso, al avance del hombre, todo se moderniza"): que la Iglesia era una institución anticuada sin posibilidades de adaptarse al mundo moderno quedó en el pasado.
Pero ahora, esta teoría de una Iglesia con necesidad aperturista (y por la que se ha colado el humo de Satanás, Pablo VI dixit) de que esa cuestión que se planteó siempre entre los liberales e "ilustrados" de todas las épocas (la Iglesia siempre fue conservadora y tradicional en medio del "progreso de las sociedades"), resulta haber sido refutada. Y con alegría: es festín para los anti-católicos y para los católicos tradis. La Iglesia vuelve a ser lo que felizmente era: la inadaptada y (bi)milenaria institución religiosa, anticuada y conservadora, que no se aggiorna a la mentalidad materialista atea moderna... Gran desilusión para católicos liberales y gran ilusión para católicos "en serio" y ateos -y demás desgracias similares.

Un punto de salida, que en realidad es un punto de llegada en el artículo:
¿Es simplemente un surgimiento extravagante [o afloramiento de excentricidad], o una señal de que la iglesia tomó un rumbo equivocado hace 50 años?
Esta frase, la última del texto, no es más que la icógnita que hemos manejado las últimas décadas. No me refiero a la extravagancia/excentricidad (que por cierto, la tienen muchos "tradis" y no sé cuán sana sea) sino al tema de la Iglesia misma. Claro, desde el punto de vista de un británico probablemente no creyente, o protestante en el mejor de los casos, que desconoce los documentos conciliares, así como la situación real antes y después del Concilio es una cuestión relativamente fácil. Pero para nosotros, resulta una cuestión más profunda. Sabemos que los rumbos equivocados y las desviaciones no son por el Timón de la Iglesia - el cual siempre está amparado por el Espíritu Santo y nunca se desvía de la sana Doctrina- sino de las malas interpretaciones de los documentos conciliares, que por lo demás, no son la octava maravilla de la literatura eclesiástica; hemos de reconocerlo sin pelos en la lengua, y con respeto. Muchos de ellos -teorías conspirativas aparte- fueron elaborados con buenas intenciones, Pero basta con leer algunos documentos que están desde mal redactados hasta confusos y/o ambiguos; evidentemente la sola buena voluntad de algunos ("multis", seamos justos), no alcanzó. Pero ese no es el punto; puede serlo en otra entrada.

El punto es que la corriente tradi ha tomado tanta inercia, la cual es lo suficientemente relevante como para tener espacio es un semanario de tal calaña (al menos en lo que se refiere al ámbito religioso). Ya había hecho algo de ruido la peregrinación "Una cum Petro", pero la cosa evidentemente no se ha detenido allí. El artículo describe el salto exponencial de la Misa tradicional en el mundo y de los fieles que asisten a ella desde la promulgación de Summorum Pontificum. Y surge un dato clave, importantísimo: la juventud, las nuevas generaciones. Y no estamos hablando de los hijos de los lefes, no. No en este caso. Hablamos de jóvenes muchas veces totalmente ajenos al Concilio (nacidos mucho tiempo después), ajenos a las discusiones y deliberaciones que tanto han complicado la vida a tantas personas (e instituciones), y que encuentran en la Misa tradicional un refugio seguro. Cito:
[...] la feligresía es joven e internacional. Al igual que el cristianismo evangélico [se refiere a las sectas evangélicas], el catolicismo tradicional está atrayendo a gente que ni siquiera había nacido cuando el Concilio Vaticano II trató de renovar la Iglesia. Los grupos tradicionalistas tienen miembros en 34 países, incluyendo Hong Kong, Sudáfrica y Bielorrusia. Juventutem, un movimiento para católicos jóvenes a quienes gustan los viejos usos [o las viejas formas], presume de tener veintenas (sic) de activistas en una docena de países.
La declaración es contundente. Hablamos de Juventutem (de "juventud", justamente), Una Voce, y centenares más. Y lo que es más, habla del uso de la tecnologia que sirve como herramienta cohesiva e informativa entre y para católicos -para y quienes estén interesados en los temas, desde luego. Cito:
Los tradicionalistas usan los blogs, las páginas web y las redes sociales para expandirse por el mundo —y para denunciar a las diócesis y párrocos liberales recalcitrantes, quienes hace mucho tiempo que ven a los Latinistas (sic) como una minoría auto-indulgente, anacrónica y afectada—.
Este elemento es fundamental. El uso de las herramientas para la promoción de lo más sagrado. Es lo que, por instancia, nos viene aconsejando el Santo Padre hace rato: el usar todos los medios posibles para la prédica del Mensaje Salvífico. Y allí entra por ejemplo la famosa "Nueva Evangelización", o como quieran llamar al fenómeno. Todo parte y se dirige hacia lo mismo Dios, como corresponde en todo creyente de ley.


Hago notar que el autor menciona incluso un elemento bastante disimulado hoy: la persecusión de los sacerdotes (y religiosos) que celebran o desean celebrar la Misa tradicional. Esto no es ningún secreto; es una realidad casi tangible.
En 2007 se produjo un gran cambio, cuando el Papa Benedicto XVI aprobó formalmente el uso de la antigua Misa de rito latino. Hasta ese momento, el aprecio por la liturgia tradicional podía arruinar la carrera de un sacerdote.
Más allá de las imprecisiones de la afirmación (el Papa no aprobó su uso, sino que lo facilitó, y para el sibarita técnico, el rito romano no es el único latino), resulta muy certera la afirmación. Es más, en realidad quien escribe acota el rango: aún hoy el aprecio por la tradición arruina y/o margina a miles de sacerdotes en todo el mundo por su amor a la tradición de la Iglesia. Sus mismos pares e incluso sus superiores les imponen trabas o le generan obstáculos de toda clase.

Y por último, pero por ello no menos importante, menciona al Ordinariato (para conversos del anglicanismo), que ha sido una estructura canónica fundamental para el "regreso a casa" de centenares de fieles, sacerdotes y relgiosos de la cismática y protestantizada "Iglesia de Inglaterra".
La causa [tradicionalista] también ha recibido un nuevo impulso con el Ordinariato [anglicano], un grupo patrocinado por el Vaticano para ex-Anglicanos. Docenas de sacerdotes anglicanos han “cruzado el Tiber” de la muy ritualista ala clerical “olores y campanas” (sic); encuentran una rápida acogida entre los católicos tradicionalistas.
Sabemos por experiencia que incluso católicos tradis (osea, de Rito Romano "puro") se han acoplado a parroquias ahora católicas pero de Uso Anglicano que con más conservadoras que las originales católicas. Tema a desarrollar este, en otro momento.

En fin, me parecía un artículo digno de ser comentado y analizado no por el hecho de que sea de valor su autor, sino porque nos ha dejado un mensaje subyacente (inconsciente) a los católicos: vamos por el buen camino.

Deo gratias.
(Estaba pensando en titular estos posts como "Comentarios Gratias", pero me imaginé las primeras criticas por ser excesivamente sarcástico, así que decidí dejarlo así, je!).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios firmados. Los que ofendan la sensibilidad religiosa, las buenas costumbres o el buen gusto del administrador, quedarán en revisión.